En la actualidad sigue existiendo una tendencia general a considerar que el gusto es algo exclusivamente subjetivo, lo cual es erróneo. Pues a partir de Kant se demuestra que los juicios del gusto pueden tener una cierta objetividad , aunque también poseen un componente intersubjetivo.

Por otro lado, hoy en día en cuestiones de gusto tiene mucho que ver la sociedad, sobre todo en lo que se refiere a los aspectos económicos. El gusto tiende a aplicarse al terreno de las artes y el mundo del arte deriva hacia un mercantilismo impuesto por una sociedad dominada por parámetros económico-sociales. Independientemente de que una obra de arte “guste” o “no guste”, el comprador la considera como una inversión económica con la que cree poder lucrarse y esto no tiene nada que ver con lo que es el concepto del gusto. Abundan la inmoralidad y la falta de personalidad en el gusto actual.

Por tanto, el gusto no es un concepto completamente subjetivo sino que también posee una cierta objetividad y, al igual que ocurre con otras cuestiones, cualquiera no puede opinar sobre el mismo.
Consideremos pues que “sobre gustos hay mucho escrito”.El gusto está íntimamente relacionado con la Estética, ya que esta reflexión filosófica suscita en nosotros juicios del gusto. Pero estos juicios no sólo se refieren a los objetos artísticos, sino también a los objetos naturales que nos producen unos determinados sentimientos. La Estética y el gusto no son competencia exclusiva de las artes como se considera en la actualidad.